En el mes aniversario del natalicio de Pablo Neruda, les dejamos la columna de opinión de la Directora de la Sociedad Chilena de Psicología Clínica, Ps. María Elena Gorostegui, quien reflexiona sobre algunos aspectos de la relación de Psicología y Poesía.

La Ps. y Doctora en Educación, María Elena Gorostegui,

La Ps. y Doctora en Educación, María Elena Gorostegui,

 

 

HABLEMOS DE PABLO NERUDA

Siendo ésta una conversación entre psicólogos, intentaré transitar alguno de los incontables caminos entre la poesía y la psicología, en el bien entendido de que  mientras la poesía nace, sin exagerar mucho, junto con la escritura, la psicología es una disciplina joven. Podemos confiar entonces, en que todavía hay muchos caminos y puentes que construir.

Caminos ya bastante transitados, como por ejemplo, el del proceso creativo del poeta, y la tan manida y mentada inspiración. El  asunto preocupaba  ya a Platón quien  en su  Apología de Sócrates, reflexiona sobre la influencia de los dioses en los poetas, a través de la  inspiración poética. Los poetas vendrían a ser genios poseídos por la divinidad, que los dotaría de una experiencia interna anormal, mientras la poesía sería una revelación más allá de la lógica y de la razón.  Desde ahí se explica que los poetas griegos invocaran a las musas al comenzar sus obras:  Canta ¡oh musa! la cólera de Aquiles.  Debiera llamarnos la atención que Platón reflexionara sobre experiencias internas anormales, diferenciándolas de las normales y  que  afirmara que la poesía sería una revelación más allà de la lógica y la razón.  Asuntos de normalidad y anormalidad, que preocupan hasta hoy a la psicología.

 

pablo-neruda

El poeta chileno Pablo Neruda

 

Y otro camino transitado:  el de los arquetipos psicológicos, tan presentes en  los grandes  personajes  que habitan los textos:  Cervantes,  Dostoievski, Shakespeare y tantos más. Y qué decir del clásico Edipo Rey,  la tragedia de donde Freud recoge tantos frutos y semillas, los cultiva, las multiplica y los hace dialogar con la psicología. El tema le preocupaba también a Aristóteles, quien  en su Poética,  plantea que los personajes trágicos deben ser  verosímiles (nótese que no dice  verdaderos) afirmando que sólo de esa manera lograrán que el espectador se identifique con ellos y se produzca la catarsis.  Camino de ida y de vuela entre la literatura y la psicología.

Recién iniciando la carrera, en un curso sobre Psicología General,  estudiábamos un texto que hoy ya es un clásico. Se titulaba  La Estructura de la Personalidad, de Phillip Lersch (publicado en Munich en 1938)  y en el capítulo sobre procesos afectivos, nos adentrábamos en las  emociones, afectividad, sentimientos, pasiones, sus diferencias, grados y similitudes.  Cada uno de estos procesos, ilustrado con grandes poemas de la literatura universal (alemanes en su mayoría , por cierto).  Inolvidable la forma en que Lersch utiliza  la poesía para llegar a aquellos lugares que al parecer la prosa convencional solo merodeaba.

Para cada emoción, un poema. Creo que no se ha escrito nada mejor sobre  la fenomenología de las emociones. Como aprendiz de lo que en ese momento (y también hoy) consideraba los misterios de la mente, nunca me olvidé de dos emociones polares: la pena y la alegría. Todo lo que leí después, tenía como fondo aquél inolvidable capítulo, que cito libremente:

La alegría muestra un horizonte iluminado desde un presente que irradia plenitud al conjunto de nuestra vida y se muestra en lo que se vivencia como un sentimiento de felicidad, goce y diversión.  Es la acentuación de la vitalidad que satura la conciencia con la presencia de aquello que nos alegra y celebra el “está ahí”  Se expresa con el gesto de abrirse, abrazar y darse.

La alegría amplía la vivencia del ser humano, proporciona especial brillo a nuestras percepciones, impregna el horizonte de una nueva luz. Cambia el sentido del pasado, y se abre al futuro pleno de luz. (Lersch, 1938)

Tiempo  vivido como eternidad ,  en un presente que incluye el pasado y se abre al futuro, en un espacio luminoso e ilimitado y desde una vivencia depoderosa vitalidad.

Pablo_Neruda_1963

A continuación, algo de lo que Neruda vive y dice en su Oda a la Alegría (citas en cursiva y comentarios en negritas)

 

ODA A LA ALEGRÍA

Pan permanente             

Seguridad de un presente extendido, sentido como tiempo de eternidad y plenitud.

 

Esperanza cumplida,                                    

Futuro de esperanzas y sueños  cumplidos. Presente de planes, de metas posibles de alcanzar que le dan sentido al presente

 

Como la tierra eres necesaria.

La alegría  necesaria como la tierra, suficiente para el  que es feliz, sólo por serlo. Feliz por la tierra, que celebra el estar ahí siempre

 

Como el fuego sustentas los hogares.

La alegría vivida como fuente de vida y de calor.

 

Como el pan eres pura.

Como el agua de un río eres sonora.
Como una abeja repartes miel volando.

Brillo especial y nuevo de las percepciones: alegría en la pureza del pan, en la sonoridad del agua del río, en la generosidad de la abeja que reparte miel y vida en su vuelo. En la alegría,  el instante irradia luz, colores, música: la miel se reparte.

 

Acompáñame:
Contigo quiero ir de casa en casa,
quiero ir de pueblo en pueblo,

atravesar  islas, mares, minas, bosques
de bandera en bandera,

En un abrazo que abraza y contiene a todos. Amplio, generoso, de brazos abiertos y extendidos. El espacio se convierte en versos, el poeta siente que le pertenece
A las islas iremos,
a los mares.
A las minas iremos,
a los bosques.
Alegría como espacio ilimitado,  sin fin y sin obstáculos: ir por  casas, pueblos, mares, minas, bosques.  Nada detiene.

No eres para mí solo.

Contigo por el mundo!
Con mi canto!
Con el vuelo entreabierto
de la estrella, y con el regocijo de la espuma!

Sentimiento de  ir hacia el otro, y abrirse al mundo con su canto, acompañado de otro. Nada más lejos de la alegría, que la soledad no buscada.  De volar  hasta las estrellas, de regocijarse   en la espuma del mar,   también  abierto a su canto

No se sorprenda nadie porque quiero
entregar a los hombres
los dones de la tierra,
porque aprendí luchando
que es mi deber terrestre
propagar la alegría.
Y cumplo mi destino con mi canto.

El poeta quiere compartir, abrirse a todos, entregarse en la alegría, propagarla, cumpliendo un deber y un mandato con su canto. La alegría amplía la vivencia de humanidad. Une, suma, multiplica, contagia, crea.

 

LA DEPRESIÓN: LA PENA, LA TRISTEZA, LA AFLICCIÓN

Y luego, el contrapunto. La pena, la tristeza mostrada, develad, dicha  por Lersch:

En la aflicción, en el dolor, en el duelo, se siente la ausencia  de la plenitud, la pèrdida de su vivencia, la pérdida finalmente, del sentido de la vida. El yo ha perdido su razón de ser. Ya no está aquello que se la daba, y entonces, no es posible que la vida siga indiferente a la ausencia de aquello que le daba sentido.

Se percibe un no ser, que produce vacío y ausencia  de mundo, de realidad.  Un no ser, vivido  en toda su profundidad, vacío e irrevocabilidad. La vida, el plano vital, ya no es el del ser, sino el del no ser irreversible. La muerte.

El espacio se estrecha, el gesto del abrazo se cambia por la inmovilidad. El presente se vive sin futuro. Sin esperanzas. Sin sueños. La oscuridad reemplaza a la luz. El frío cubre la tierra y se apropia de sus frutos negros y egoístas. El otro no existe.  El mundo es el reino de la soledad . El gesto vital en la aflicción, es el contrario del abrirse y abrazar de la alegría. Es un cerrarse en sí y apartarse.

 

Y ahora, escuchemos  cómo lo dice el poeta en alguno de sus versos, cómo siente él la tristeza.  Èl, que podía escribir los versos más tristes cualquier noche

 

TENGO MIEDO

 

En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño
así como en el cielo no ha cabido una estrella.

El espacio se estrecha al punto de que en la cabeza no cabe un sueño. El cielo se cierra y no contiene ni una estrella. La enfermedad invade el pensamiento.

 

Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en medio de la tierra infinita!

Los sentidos abiertos, las percepciones desatadas, las palabras libres, ya no están: nadie puede oírlas en el espacio vacío del abandono. Los gritos nacen ahogados

 

Se muere el universo de una calma agonía
sin la fiesta del Sol o el crepúsculo verde.
Agoniza Saturno como una pena mía,
la Tierra es una fruta negra que el cielo muerde.

La tierra  ya no es la del pan,  ya no es pura, sólo entrega frutas negras, el  silencio es el de la agonía, sólo reina la noche y la oscuridad sin estrellas, sin crepúsculo, sin amanecer.  Los dioses agonizan

Y por la vastedad del vacío van ciegas
las nubes de la tarde, como barcas perdidas
que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.

Y la muerte del mundo cae sobre mi vida

¿Dónde el horizonte luminoso? La tierra se convierte un espacio de vacío, donde flotan nubes ciegas, sin destino. ¿Qué fue de la vitalidad exultante de la alegría?  ¿Qué fue de la sensación de plenitud y de futuro y de comunidad con otros?

Sólo frío, soledad,   cúmulos de estrellas rotas y de muerte cayendo sobre la vida. ¡Qué mejor imagen del ánimo depresivo!

 

 

 

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